“Cuidado Carlos, dispara Margot” ese era el inicio de una radionovela de hace mucho tiempo llamada “El que la hace, la paga”.
De aquel tiempo en que la magia de la televisión aún no se vislumbraba.
En aquella época la diversión era imaginarnos a cada uno de los personajes que actuaban en las radionovelas; había que encender “el radio” y esperar que los bulbos de aquel enorme aparato “se calentaran” para que pudiésemos escuchar.
Se escuchaba “La Intrusa”, “Ángel o Demonio”, o también las voces defensoras del pueblo en “Chucho el Roto” o “Martín Fierro”, o la plegaria de mamá Dolores en “El Derecho de Nacer”, o las vicisitudes de la señora Chavero y sus hijos Fernando, Nacho y Mundo en aquella muy escuchada producción radiofónica “Corona de Lágrimas” donde el presentador decía: La vida ha colocado sobre la cabeza de todas las madres una simbólica corona de lágrimas; lágrimas de angustia por los hijos ausentes, lágrimas de perdón por los hijos ingratos, lágrimas de felicidad por los hijos buenos y honrados, y lágrimas de madre que todo lo perdona.
¡Oh! aquellas radionovelas sacadas del pueblo y arrancadas a la vida misma.
Pero así está el mundo y éstas son “Nuestras Cosas”.
Hasta la próxima.
