Voces de mi rancho – Segunda parte

Editoriales

Como una caricia llegan a mis oídos las expresiones escuchadas en el rancho o en mi barrio del "Buche" donde disfruté junto a mis parientes y amigos, la etapa mas bonita de mi vida.

Aquella niñez y adolescencia llena de confianza y alegría, gozando con Memo, Capulina, El Mudo, Peto, Lalo, Ramiro, Jito, El Tierno, Joel, Héctor el de Martha y otros aventureros amigos, en las no siempre tranquilas aguas del arroyo "El Macho" o el rio Sabinas por sus remolinos en sus diferentes lugares de recreo como: "El Charco Tía Treja", "Alicante", "Los 7 Sabinos", “El Charco del Lobo" o los lunes, miércoles y viernes, días laborales de mi padre en las "Bombas manuales en Turbina".

La pesca con la mano en la orilla, entre las yerbas; "cueveando", o con un par de "redeadas" para sacar un "titipuchal" de mojarras y uno que otro robalo o "Matalotes" que solo dejábamos uno para darle un sabor diferente al caldo; prolongándose, en mi caso, al emocionante anzuelo de noche, ya que el turno de trabajo de mi padre era de 24 horas y el sábado, día de asueto en la escuela, lo lograba para capturar en "La Peñita" un "Cacaiste" para las albondigas.

Las "Cuinas" como también le llamábamos, no daba gusto sacarlas, aunque nunca faltaba un "abarustado" que se “Amachara" a llevar la red, y por el peso de los Matalotes no la levantaba a tiempo "Pelándose" los mejores peces y el "Atarantado” continuaba echando"El Bofe", situación reflejada después de saborear bien "Jiriolo" el caldo, hasta quedar "Jipo" y con la tranquilidad, aunado a la "Joda", concluía "Jetón" en el tronco del sabino "Quemao".

Charco "Tía Treja": de gran profundidad ubicado al lado norte del río y casi enseguida, al oriente del vado de Bellavista.

Alicante o Alicantre en la acequia frente al Charco Tía Treja, llamado así por que allí habitaban o se refugiaban las serpientes de color rojizo de aproximadamente dos metros de largo, que cuenta la leyenda que les gustaba la leche materna, y para saciar su antojo, al amparo de la noche, esperaba a que la madre se dispusiera a dar pecho al niño para hipnotizarla mediante un movimiento suave, meciendo la parte superior de su cuerpo, oscilando la cabeza y clavándole la mirada.

Ya dormida la mujer con el seno al descubierto, se prendía en el pezón y al niño le introducía la cola en su boquita para entretenerlo y no llorara, reflejada esa acción al debilitarse excesivamente la mujer, mientras el bebé también presentaba síntomas de desnutrición y una erupción reseca y rojiza alrededor de los labios.

Bombas manuales: una eléctrica, accionada con un interruptor, de acuerdo a la presión, de ser necesario, por falta de energía o baja presión, otra de tractogas y la tercera también de combustión interna, pero de gasolina, encendidas ambas dándole vuelta a una manija llamada cranc.

Cueveando: nada recomendable, muy peligroso al introducir la mano y en ocasiones parte del cuerpo debajo de una peña o la raíz de un árbol para tomar al pescado por las agallas.

Titipuchal: muchas mojarras de un sabor tan especial que en más de medio siglo, en ninguna parte he encontrado.

Redeadas: acción de introducir la red hecha con cualquier material, siendo la mas común de tela alambre, usadas para hacer corral para las gallinas, manejada por los mas altos, de reflejos rápidos y coordinados en los extremos y el resto caminando rumbo a la red haciendo "Tracalada" para guiar a ella a los peces.

Matalote: Expresión utilizada para designar a un caballero sin destreza, carente de habilidades o, caballo flojo; en este caso, a un pescado torpe, muy vistoso, de 12 a 20 pulgadas de largo y de 2 a 6 kilos de peso de un color verde obscuro con gris, cobre, marrón y negro. “Matalote en todas las redeadas caes”.

Tracalada: Mucho ruido. (Bájale a tu tracalada güerco, vas a quedar sordo).

La Peñita: hermoso lugar de aguas profundas y cristalinas, una delicia observar los bagres chicos y medianos alrededor de una cueva durante el día.

Cacaiste: Terminó utilizado para señalar en esta caso a un pez (Bagre o pintontle) grande de varios kilos, inclusive a un venado, un toro; un hombre alto, corpulento; y hasta un personaje adinerado o encumbrado en la política “En el palo gacho me reventó el hilo un cacaiste”; .”Aca Pascualito se juntan puros cacaistes” o “Al viejo cacaiste de la esquina le dicen El platano del aguacate, por grandote y baboso”. Como había mucha agua se cosechaba plátano macho.

Cuinas: Matalotes pescados de carne grasosa con muchas espinas.

Abarustado: tipo desesperado, sin coordinación, desconcentrado. Vulgo: Apendejado.

Amachara: Terco, sin fundamentos, masculino de la mula.

Pelándose: Escapándose “se me peló el mejor robalo”, frase de todo pescador.

Atarantado: Persona que se equivoca con frecuencia.

Bofe: Cansancio excesivo. “Estoy exhausto, bien bofeado”.

Jiriolo: Despreocupado, tranquilo “le vale”.

Jipo: Harto, más que lleno de tanto comer.

Joda: Trabajo demasiado duro sin remuneración económica.

Jetón: Dormido “No supe ni cuando se quedó bien jetón”.

Quemao: Quemado casi siempre por imprudencia.