Lo siento por los candidatos que tienen que cargar con esos lastres

Editoriales

Cada vez que hay elecciones cobra vida la ilusión de avanzar, y no me refiero solamente a la renovación de mandatarios federales estatales o municipales esto es generalizado para clubes de servicio, mesas directivas de escuelas, asociaciones,ligas deportivas etc.

El cambio es evolución, es progreso, es dar oportunidad no solo de expresar, también de poner en practica planes o proyectos a mentes frescas dinámicas, vanguardistas y aunque me parece muy sabio lo pronunciado en algunas ocasiones por mi abuelo José, al fin ranchero, no tiene nada de elegante solo mucho de cierto: “Agua que no corre, se pudre, apesta”.

Siempre han existidos personajes brillantes en todas las actividades por determinado tiempo pero eternos solamente los de ideas muy avanzadas, actualizadas permanentemente, autónomos, de libre pensamiento, visionarios, indomables, no tercos en la hamaca rodeados por unos cuantos aduladores.

Es muy satisfactorio encontrar gente que escuche, dialogue, analice, consulte; sin embargo es inevitable la tristeza al ver hasta parientes o amigos enfermos de soberbia, expuestos a la historia cruel que juzga un error y se olvida del mil aciertos sin tomar en cuenta que hicieron mucho de provecho remitiéndolos a la lista de los odiados, en el mejor de los casos.

Todo por no retirarse oportunamente aferrados en ideas obsoletas, ignoran que su ciclo ha caducado, lamentable de veras, es observarlos fuera de tiempo y espacio obstruyendo con sus mentiras, o falsedades, grillas estériles y todavía peor, aprovechándose de la bondad de gente limpia, generosa de nobles sentimientos haciéndose pasar como honorables.

No se vale permitirles que dañen con sus traumas acentuados por su edad a personas inocentes, no es posible tanta apatía ni mucha ignorancia, es una burla dejarlos que se den baños de pureza, llegando al autoelogio públicamente, cómo es posible permitirles tocar los extremos y nadie saque el expediente respectivo, cuando ya la balanza se inclinó al lado opuesto, entiendo que todo tiene un limite, ya basta de tanto cinismo, si queremos progresar la casa hay que limpiar.

Lo siento por candidatos que tienen que cargar con esos lastres.

Ramón Ábrego Vázquez
Miembro activo de la Asociación de Escritores de Sabinas Hidalgo