Feliz día del Amor y la Amistad

Editoriales

Cuenta la historia que en el año 250 de nuestra era, existió en un pueblo de Italia un fraile llamado Valentín, saludaba a la gente y a los enamorados les regalaba una flor; además se le adjudica que casaba a los enamorados que no contaban con la aprobación de sus padres.

La simpatía del personaje siempre fue en aumento por su peculiar sonrisa y bondad; y cada vez la gente de Terni y puntos circunvecinos se acercaban a saludarlo a diario, su tiempo poco a poco disminuyó, hasta llegar a una sola vez al mes.

San Valentín ascendió a Obispo y por ocupaciones propias de su investidura, se vio limitado y sólo repartía las flores que lo habían hecho famoso escogiendo un día del año.

Una flor blanca, símbolo de la pureza, llegó a ser celebridad en el mundo, como un recuerdo del bondadoso fraile hasta quedar instituido, primero como el “Día de los Novios”, el 14 de febrero, por ser cuando florecen los campos en su comunidad.

Algunas personas, muy en su derecho, cuestionan la celebración, aduciendo que sólo es un estratégico acto de mercadotecnia y otros argumentos, sin embargo, ¿qué tiene de malo que cuando la crisis pega más fuerte alguien, al menos ese día, te diga te quiero?

Esa práctica, con más continuidad, puede llegar a ser hábito y por qué no, a cumplir con el precepto “Amaos los unos a los otros”, para conservar la paz, el calor humano y vivir en constante celebración el “Día del Amor y la Amistad”.