Tamaulipas en el siglo XIX

De Solares y Resolanas

De acuerdo con estudios realizados por el historiador don Isidro Vizcaya Canales, la conjura realista se fraguó en la Villa de San Agustín de Laredo, cuando Ignacio Elizondo proveniente de Texas, acordó con José Ramón Díaz de Bustamante, Comandante de la Tercera Compañía Volante del Nuevo Santander, infiltrarse en el movimiento para aprehender a Hidalgo. Cosa que sucedió en Acatita de Baján el 21 de marzo de 1811.

El movimiento insurgente tuvo seguidores en la región. En el mes de abril de 1812 se alzaron los indios carrizos en Camargo, propiciado por un indio del pueblo de Dolores llamado Manuel Delgado, que llegó a Camargo tras la aprehensión de los jefes insurgentes.

Pero sin duda alguna, el episodio más significativo, fue la llegada de Francisco Javier Mina y del Padre Mier, encabezando una expedición de mercenarios extranjeros que venían a luchar por la independencia de México, quienes desembarcaron en Soto la Marina.

Con ellos llegó una imprenta a cargo de Samuel Bangs. En ella se elaboró el boletín primero de la División Auxiliar de la República Mexicana y una proclama de Mina dirigida a los soldados de Fernando VII. También se inició una canción patriótica que iniciaba: Acabad Mexicanos/ de romper las cadenas/ con qué infames tiranos/ redoblan nuestras penas.

Una vez alcanzada la independencia nacional, el Nuevo Santander, con la intención de romper con el control político y económico que se disputaban Monterrey y Saltillo, erigió su propia diputación integrada por siete diputados titulares y tres suplentes. El Honorable Congreso Constituyente en el acta constitutiva de la Federación, establecía al Estado Libre y Soberano de Tamaulipas, representado por el diputado Pedro Paredes y Serna. El 7 de julio de 1824 se instaló en Padilla el Congreso Constituyente de Tamaulipas y el coronel José Bernardo Gutiérrez de Lara fue nombrado gobernador del estado por méritos insurgentes. Aquí se instaló una imprenta a cargo de Godwin B. Cotten que publicó los decretos y bandos públicos del primer periódico de la entidad que se llamó “El Termómetro Político”.

El 15 de julio de 1824 fue aprehendido Agustín de Iturbide. Fue reconocido porque llegó elegantemente ataviado y montando un caballo de color blanco. Fue en la guarnición de Soto la Marina en donde Felipe de la Garza lo hizo prisionero, para ser llevado después a Padilla para hacerle un juicio sumario y fusilado en la plaza principal. Sus restos fueron inhumados en el templo de San Antonio de Padua, donde permanecieron hasta 1838 para ser llevados a la Catedral Metropolitana de México.

En ésta etapa independiente, varios municipios se disputaban el honor de ser la capital del nuevo estado: por ejemplo, San Carlos alegaba derechos históricos pero se hallaba enclavada en la Sierra de Tamaulipas y la Villa de Aguayo alegaba tener una posición geográfica privilegiada. Por lo que el Congreso decidió situar la capital en Padilla. Por problemas políticos el congreso fue destituido y el nuevo congreso decidió la instalación de la capital en Aguayo en 1825. Para lo cual se le cambió el nombre en honor del primer presidente de México y fue elevada a categoría de ciudad.

La nueva constitución dividió al estado en tres distritos: el departamento Norte integrado por las llamadas “Villas del Norte” con cabecera en Reynosa pero luego trasladada a Matamoros, el departamento del Centro con cabecera en Victoria y el departamento Sur con cabecera en Tampico. En 1861 se estableció un cuarto distrito con sede en Tula.

Antonio Guerrero Aguilar
Cronista de la Ciudad de Santa Catarina