Antecedentes antropológicos de Tamaulipas

De Solares y Resolanas

El actual territorio de Tamaulipas fue un corredor natural de migración humana propiciada por un puente terrestre intercontinental ocasionado por los glaciares del período pleistoceno hace 50 mil años aproximadamente y que se dio a través de tres regiones, la Sierra Madre, la Sierra de Tamaulipas y la Huasteca. En esas áreas vemos testimonios y vestigios que nos hablan de los antiguos pobladores que pasaron por la llamada Aridoamérica con rumbo a Mesoamérica. Lo interesante del caso, es que la división que Kirckoff hizo de las llamadas zonas culturales en México, no se aplican concretamente en Tamaulipas, pues tenemos referencias y zonas arqueológicas muy relevantes al norte de la línea del Trópico de Cáncer.

Por ejemplo, la ancestral presencia humana en la región, abarca desde emplazamientos, estructuras ceremoniales, dibujos o pinturas en frontones y rocas y entierros perfectamente orientados a la intención humana de conservación y regreso a la madre tierra. Existen zonas arqueológicas en los lomeríos aledaños al río Bravo, cerca de la presa Falcón, en los municipios de Mier y Guerrero. En el llamado Delta del Bravo, cerca de Matamoros y de Brownsville, se han localizado ornamentos de conchas finamente labradas que muestran contacto comercial entre las etnias de la región con las de la Huasteca, los vestigios arqueológicos situados en el cañón del Diablo en la Sierra de Tamaulipas, al norte del municipio de Xicoténcatl y tal vez el más conocido de todos, el Balcón de Moctezuma, que guarda vestigios de ocupación humana entre los siglos XII y XVI.

El Balcón de Moctezuma está a 15 kilómetros del Trópico de Cáncer entre 900 y mil metros sobre el nivel del mar y se localiza a 26 kilómetros al suroeste de Ciudad Victoria, siguiendo la carretera que conduce a Jaumave. Se desconoce quienes fueron sus pobladores originales, pero por las estructuras y la forma arquitectónica se deduce que eran de procedencia huasteca. También existe la posibilidad de que la hayan habitado grupos chichimecas que conocieron la vida sedentaria y que mantuvieron contacto cultural y comercial con la Huasteca.

A la llegada de los conquistadores, habitaban esta región cercana al Balcón de Moctezuma, cuatro grupos étnicos, todos ellos considerados bárbaros y belicosos, que vivían de la caza y de la recolección, como los janambres, pisones, siguillones y pames. La distribución de los grupos humanos estaba de la siguiente manera: en el norte vivían grupos de coahuiltecos, en el centro indios pisones y janambres, en la Sierra de Tamaulipas vivían diversas etnias entre las que destacaban los Olives, que llamaban a su zona Tamaolipa. Fue precisamente fray Andrés de Olmos, quien llamó a la misión de los Olives, Tamaolipa, que significa “lugar de los olives”. En la Sierra Madre perteneciente a Tamaulipas, vivían grupos norteños imitadores de la cultura mesoamericana y en el sur los huastecos, emparentados a su vez con la cultura maya.

Antonio Guerrero Aguilar
Cronista de la Ciudad de Santa Catarina