Dr.

La advocación de la Virgen de Santa Catarina en Nuevo León

De Solares y Resolanas

Dr. Antonio Guerrero Aguilar

Yo conozco desde hace muchos años, una versión respecto a la vida de Santa Catarina, a través de un texto contenido en una libreta de marca Anáhuac y que encontré hace muchos años en la parroquia de Santa Catarina…

Dr. Antonio Guerrero AguilarYo conozco desde hace muchos años, una versión respecto a la vida de Santa Catarina, a través de un texto contenido en una libreta de marca Anáhuac y que encontré hace muchos años en la parroquia de Santa Catarina es la siguiente: Santa Catarina Virgen y Mártir (+307) “Santa Catarina esclarecida lumbrera de la filosofía cristiana y mártir de Jesucristo nació en Alejandría de Egipto y como se dice en el monólogo del Emperador Basilio, fue de sangre real, sus padres la criaron en la verdadera fe y como era avisada y de alto entendimiento, fue enseñada también en todas las letras de la filosofía y de las humanidades que en el tiempo florecían en la Ciudad de Alejandría.

Tenía la Santa Doncella unos 18 años cuando el emperador Maximino I vino a Alejandría para participar en ciertas fiestas y regocijos en honor a los dioses del imperio y hacer escarnio y burla de los misterios cristianos. Catalina se indignó al ver aquella pública profanación y movida por el espíritu de Dios y llegándose a los eventos donde se celebraban aquellos sacrilegios bacanales, con gran libertad los reprendió y afeó las cosas que hacían. La acusaron ante el emperador, el cual mandó prenderla y traerla a su presencia. Ella le dio razón de sí y de su fe con singular sabiduría, elocuencia y gracia, que el emperador pasmado le estaba mirando y admirando de ver su incomparable hermosura y oír la fuerza y peso de sus razones a las cuales él no supo que contestar, entendiendo que para convencer a Catalina era menester más ciencia que la suya y para salir de aquel aprieto le mandó callar y ordenó que la echasen a la cárcel, donde pasó Catalina algunos días sin comer. Entretanto llamó el emperador a algunos varones de los más sabios y elocuentes que había en Alejandría para que disputando con la Santa Doncella, la convencieran, se juntaron entonces los más sabios filósofos de la escuela de Alejandría y concurrió toda la ciudad a aquel espectáculo tan maravilloso, en que los hombres por la flor de la sabiduría, disputaron con una doncella cristiana en presencia del emperador.

Santa Catalina deshizo todos los argumentos y los dejó tan confusos que muchos de los presentes se convirtieron a la verdadera fe y se hicieron cristianos, por lo cual el Emperador Maximino pareciéndole que ser vencido por una delicada doncella, era menoscabo suyo, mandó que fuera despedazada en una máquina de dos ruedas sembradas de clavos. Comenzando los verdugos a mover aquellas ruedas, de repente se destrabaron y rompieron. Entonces mandó el tirano que la Santa Virgen fuera degollada. Una vez ya muerta, fue trasladado su sagrado cuerpo por ministerio de los ángeles al Monte Sinaí”.

En esa versión encontramos una pequeña oración en honor a la Virgen y Mártir:

Oh Dios que diste la Ley a Moisés en la cumbre del Monte Sinaí y dispusiste fuese enterrado en el mismo lugar, por ministerio de tus santos ángeles el cuerpo de tu bien aventurada Catalina; te suplicamos nos concedas que por sus merecimientos e intercesión, podamos llegar al monte que es Jesucristo. Por el mismo Jesucristo nuestro Señor, Amén

La fiesta de Catalina se celebra el 25 de noviembre. Su culto, cuyo primer vestigio es una pintura del siglo VIII encontrada en Roma, se difundió sobre todo a partir de la segunda mitad del siglo X, alcanzando gran popularidad en el siglo siguiente, especialmente en Francia, de donde se propagó en el siglo XII por muchas partes de Europa y del Medio Oriente, entre otras cosas por obra de los cruzados.

En el siglo XIII las órdenes monásticas más antiguas empezaron a celebrar la fiesta de Santa Catalina, costumbre documentada también entre los frailes mendicantes desde su fundación. Inclusive el centro educativo occidental más antiguo, la Universidad de París la proclamó su patrona. Hoy en día, se le considera la patrona y protectora de los estudiantes, maestros, predicadores, militares, filósofos, prisioneros, jóvenes casaderas y de cuantos se relacionan por su oficio con las ruedas: carreteros, molineros, etc. En España, es patrona de la ciudad de Jaén.

La popularidad del culto explica su consistente presencia en la literatura, en el folclore y en las artes figurativas, donde se hallan los atributos iconográficos más comunes: la rueda con puntas afiladas y la espada, que indican el martirio; la corona, con la alusión a la realeza, y el libro, símbolo de la sabiduría.

En cuanto a la apariencia física de la Santa, la devoción popular siempre la ha representado como una doncella, con una corona sobre la cabeza, portando en sus manos una espada y una palma que representas a su martirio y en algunas imágenes aparece con un libro en señal a su sabiduría.

Por decreto del entonces Arzobispo de Linares, Jacinto López Romo, el templo de Santa Catarina fue elevado canónicamente a parroquia el 19 de diciembre de 1894 con la advocación de Santa Catarina Mártir. Decían que en el templo parroquial existía un cuadro de autor anónimo, donde se le representaba en el momento de su martirio y que por lo mismo, causaba temor o impacto entre los feligreses. Por ello se optó por trasladarla al templo de San Francisco de Paula en la Fama, donde desapareció cuando unos ladrones hurtaron algunas pertenencias del templo. Se dice que por lo mismo, el Padre Cayetano Vázquez mandó hacer otra que durante el derrumbe del templo en 1984 estuvo a punto de perderse y que fue rescatada por una señora vecina de la localidad. Es cuando el Padre Miguel Alanís Cantú le pidió al artista Efrén Ordóñez que hiciera una nueva imagen para conmemorar el 90 aniversario de la elevación canónica a parroquia, así como para inaugurar los oficios litúrgicos en el templo restaurado.

Como un dato interesante, conviene señalar que el historiador y militar saltillense, Vito Alessio Robles en su obra “Monterrey en la historia y en la leyenda” escrito en la década de 1920, nos refiere que en el templo parroquial existía un relicario de plata que contenía unos cabellos que supuestamente pertenecieron a la Mártir.

El templo de Santa Catarina es muy antiguo, precisamente el próximo año cumplirá 200 años de construido. Sin duda alguna, también es una oportunidad para que un servidor se dedique a la investigación y promoción de su historia.

Antonio Guerrero Aguilar
Cronista de la Ciudad de Santa Catarina