Antecedentes de la Constitución 2ª Parte

Balbuceos

“Voy a hablar sobre la libertad de enseñanza , porque la libertad de la enseñanza es una de las cuestiones más importantes para los pueblos.”

“Voy a hablar sobre la libertad de enseñanza , porque la libertad de la enseñanza es una de las cuestiones más importantes para los pueblos.”

“El hombre se aproxima a Dios por la inteligencia, y por esto se dice que fue hecho a su imagen y semejanza. El hombre percibe, juzga y discurre por la inteligencia. La inteligencia lo hace superior a todas las obras de la creación; por ella ha dominado a los animales, ha arrancado y multiplicado losa frutos de la tierra, ha sorprendido los secretos y la naturaleza. Por ella las tribus nómadas han fundado magníficas y poderosas ciudades y los salvajes se han hecho ciudadanos.”

“Pues bien., señores, la libertad de la enseñanza es una garantía para el desarrollo de ese don precioso que hemos llamado inteligencia; y los jóvenes que se dedican a esa difícil y espinosa carrera de las ciencias están verdaderamente interesados en la existencia de esa garantía.”

“No todas las inteligencias tienen el mismo poder. Yo, señores, y todos vosotros los que me escucháis, habéis sido testigos de esa verdad.”

“Yo recuerdo en ese momento que muchos de mis queridos condiscípulos de colegio dotados de una inteligencia clara y de una memoria felicísima, comprendían fácilmente las lecciones diarias, discurrían y argumentaban maravillosamente sobre ellas, y sacaban consecuencias desconocida hasta para el autor que nos servía de texto.”

“La sociedad no tiene derecho para oprimir con su nivel de hierro a esas inteligencias privilegiadas que sobresalen entre las demás como un gigante, La sociedad no tiene derecho de encadenarlas, ni detener su vuelo majestuoso. La sociedad semejante a Diógenes, que con su linterna buscaba un hombre, debe buscarlas cuidadosamente para protegerlas donde quiera que se hallen.”

Referencia: Sesión del 11 de agosto de 1856, debate del Artículo 3º Constitucional, ponente el Señor Don Manuel Fernando Soto.

Segunda parte. Continuará…

Santos Noé