Sacude la modorra que cubre tu existencia, disponte altanero la vida a transitar, haz el camino que debes recorrer; recuerda siempre que caminas, cada paso es el primero que te lleva a tu destino final.
Sacude ya la abulia, arroja la indolencia; escruta el horizonte con mirada visionaria; en cada recoveco que tiene ese camino hay una señal de esperanza, una señal de bondad.
Ayuda a los caídos que encuentres a tu paso, y aquel que tiemble y pida, ayúdalo, no lo dejes caer.
Mantente siempre alerta, desbroza tu existencia de hierbas de maldad, que éstas se reproducen mucho y abundan insidiosas en el jardín del mal.
Se siempre visionario, entrega amor, al que amor te da; y aquel que te fastidie con su asechanza torpe, ignóralo y cubre la mancha que deja su presencia, con el bálsamo sagrado de la amabilidad.
Se siempre el hombre útil, que a todo reto responde con capacidad; llena tu existencia con la luz de la verdad.
Se siempre el humano que ha venido al mundo a dar: amor y libertad.