Profr. Benito López Valadez

El trío de cacería que llegó en rin en 1962 ó 1963

Anécdotas deportivas

Profr. Benito López ValadezCorría el año de 1962 ó 1963, cuando el trío formado por: Horacio Roberto Cavazos Flores, Eustolio Villarreal Chapa y el siempre alegre y entusiasta Santiago Robles “Robestán”, salieron una tarde rumbo al Rancho “San José” propiedad de Don Ramón Mireles Garza, fueron a la “tirada” de venado cola blanca, (sin permiso de cacería y sin traslado de armas de fuego, así se estilaba) en la vagoneta Chevrolet modelo 1951 ó 1952, eso si, de color verde.

Aparte del equipo de cacería llevaban como 7 llantas extras, como dijera 4 años después Leonel Arturo Ruiz Reséndez:

– A esas llantas se les ve el aire, si les pica un zancudo truenan.

Al amable lector, habrá que comunicarle, que en aquellos tiempos, “la cosa estaba que ardía”, no cualquiera tenía una camioneta del año o casi del casi o automóvil. Lo cierto es, que al llegar la década del 70, los automóviles y camionetas del año en curso, empezaron a aflorar y la ciudadanía, para satirizar tal situación decía en forma hiriente:

– Hasta los profesores traen carro del año, con dicha expresión, se indicaba, que la situación era de bonanza y que cualquiera podía comprar un automóvil del año. Además de las llantas extras llevaban un bote con agua, para rellenar el radiador. (Se usaba o estilaba porque esa era la moda, que el radiador tirara agua, y si se llevaba a arreglar, el agua brotaba por otra parte y era cuento de nunca acabar).

“Candilearon” (se permitía todavía) hasta que llegaron y sin éxito alguno. Optaron por regresar a Sabinas y en el camino por “El Sendero”, fue “tronando” una a una, hasta que la última llanta extra pasó a mejor vida. (Había un pedregal muy filoso).

Como faltaba buen trecho por recorrer, no hubo más remedio que venirse en el puro “rin”, llegaron con su “tracalada” al entronque con la Carretera Nacional. Divisaron a lo lejos la luz de una batería de mano. Eran los Empleados Municipales del Departamento de Policía, Rogelio Villarreal y Homero el de la Haciendo Larraldeña, quienes los auxiliaron, y tuvieron que llevarlos en la Patrulla de Policía a sus respectivas casas. (A entregarlos -como quien dice, no se supo que pensaron los vecinos en ese entonces).