Profr. Benito López Valadez

El frío y las calabacitas con carnita de puerco en 1973

Anécdotas deportivas

Profr. Benito López ValadezSalieron una mañana, se oía el canto de los gallos, (como dice el corrido) el trío formado por: Leonel Arturo Ruiz Reséndez, (en su camioneta Chevy ’67 y de color verde). Oziel Ruiz García y José María Ibarra Robles, iban rumbo al Rancho de “Pepe Guerra”, iban a la “Tirada” con el rifle calibre 22 de Leonel también, (todavía no se aplicaba la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos y su reglamento, que el 4 de mayo de 1972, fue dado en la Residencia del Poder Ejecutivo Federal y firmado por el Lic. Echeverría Alvarez como Presidente de México. El Secretario de la Defensa Nacional, Hermenegildo Cuenca Díaz y todo el Gabinete. Se abrogaron los Reglamentos del 30 de agosto de 1933 y del 19 de mayo 1953 principalmente, lo anterior vino a revolucionar lo que corresponde a la Caza Deportiva y antes de la misma, cualquiera iba a los conejos, palomas y liebres).

Llegaron y a lo que iban, iban, (1973).

Casi no habían matado nada, cuando Leonel dijo:

-Vamos a las jaras, por allá se oyen las “cotonas”, (Especie de ave que más corre que vuela y como animal que corre y vuela a la cazuela). Oziel se adelantó al grupo y llevaba el rifle listo y al avanzar, divisó unas guías sobre la cerca y no le dio importancia, la brincó y ya se andaba cayendo, volteó a ver que había pisado y ¡Oh, sorpresa! El panorama no podía ser mejor, había calabacitas tiernas, pintas y maduras y que empieza la “pizca”.

Para cuando llegaron Leonel y Chema, ya tenía un montón de calabacitas y dijo:

– Ayúdenme a cortar más y a llevarlas a la camioneta.

”Chema” alegó hasta que se cansó, sus alegatos no fueron aceptados, hasta que exclamó:

– Está bien, “tanta culpa tiene el que mata la vaca, como el que le detiene la pata”. Echenmelas en la camiseta “T”.

Leonel le dijo también:

– O todos culpables o todos inocentes. (Vayan ustedes a saber).

Las acarrearon todas, sólo las guías dejaron, para que echaran más y volver en otra memorable ocasión.

Se les ocurrió decir, mientras las cargaban:

– A las cotonas y palomas, les daremos o no, porque vuelan y corren y éstas (las calabazas) están quietecitas y no les vamos a errar, así es que para arriba todas).

Ya venían de regreso, (se les olvidó que andaban en la “Tirada”). Cuando les hace la parada un señor y Oziel dijo:

– Súbelo compadre, se está asoleando.

Así fue, lo subieron y empezó a conocer o a reconocer a las calabazas, les hizo la señal que lo bajaran entrando a la Colonia de los Santos y les dijo:

– Estas calabazas, son como las que tengo acá “Pepe Guerra” en el Rancho. Y muchas gracias, que les vaya bien.

Ya que lo habían bajado y que estaba a una prudente distancia, casi gritó Leonel.

– ¡Tenías, porque no dejamos ni una! Ahorita les damos mate y nos las escabechamos con carnita de puerco.

Seguía diciendo. Los demás, sólo estaban oyendo.