Tal y como se había pronosticado, la contienda electoral de Michoacán resultó fatal para el PRD que perdió su hegemonía de varios años, pues su candidato a la Gubernatura, Silvano Aureoles, fue relegado al tercer lugar.
De acuerdo con el mismo pronóstico, la elección se centró en los candidatos del PRI y del PAN, Fausto Vallejo y Luisa María Calderón, habiendo triunfado el primero de ellos, conforme a los resultados preliminares que se dieron a conocer.
Algo que llamó la atención fue que, pese a todas las circunstancias adversas que rodearon dicho proceso, éste ha sido el más concurrido de la historia pues el porcentaje de votantes rondó el 55 por ciento.
No obstante, como ya se ha vuelto costumbre, los candidatos perdedores no aceptaron los resultados, declarando de inmediato su pretensión de revertirlos, señalando todas las irregularidades que observaron a lo largo del proceso y el día de la elección celebrada el domingo 13 de noviembre.
En lo que a la hermana del Presidente respecta, cabe recordar que Felipe Calderón ganó por una diferencia del 0.56 por ciento la elección presidencial sobre su contrincante más cercano, Andrés Manuel López Obrador, y defendió su triunfo con todo, incluso criticó al perredista por no aceptar el resultado.
Así las cosas, siendo congruente, junto con la plana mayor del CEN panista, debería aconsejar o sugerir a su hermana Luisa María que acepte el resultado y se sume al ganador para alcanzar las metas y los estándares de bienestar para todos los michoacanos, tal y como lo propusieron cada uno de los candidatos, ella incluida, durante la campaña.
No cabe duda que es más fácil decir que hacer, y que las cosas se ven de acuerdo al color del cristal con que se miran.
Castellanos
Miembro de la Asociación de Escritores de Sabinas Hidalgo
